Las Puertas de Solaria

<center>Elige un idioma / Choose your language: [[Español|Prólogo]] [[Inglés|Prologue]]</center>

Una respiración entrecortada era el único acompañamiento que podía escucharse a los continuos golpes y cortes que perturbaban la tranquilidad de la cueva, que había visto su goteo incesante perturbado por una presencia humana. El intruso estaba luchando contra una feroz bestia con perfil de hombre lobo en cuya espalda surgían unas protuberancias en forma de garra que denotaban un peligro inminente. Pero el intruso no le temía... - Desde pequeño había sido entrenado para poder entrar en las cuevas y buscas las legendarias Puertas de Solaria. No había dedicado ni un segundo a formarse académicamente, eso no le interesaba. Lo único que valía en su pueblo, en su mundo y en su mente era la [[fuerza física.|Fuerza]] - No le importaba lo que dijeran en su pueblo. No importaba las vidas que había visto desaparecer delante de sus ojos. Sabía que entender todo lo que el mundo ocultaba era lo que necesitaba. Por eso, nunca dudó en trabajar su [[intelecto.|Intelecto]]

A faltering breathing is the only thing that could be hear without taking account to the continuous strikes and cuts that disturbed the calmness of the cave. The unceasing dripping of the cave has been broken by a human presence. The intruder was fighting against a fierce beast with the shape of a were-wolf but in his back, some protuberances as claws showed an inminent danger. But the intruder was not afraid... - Since the intruder was a child, it was trained to enter the caves and search for the legendary Gates of Solaria. Not a second was wasted in academic education, it was not interested by that. The only thing that was valuable in the town, in the world and in its mind was the physical [[strength.|Strength]] - The intruder didn't take into account what the townsfolk said. It didn't care about the lives that disappear in front of the intruder's eyes. The only thing important was to know and to understand what the world was hiding. That is the reason the intruder never doubt in training his [[intellect.|Intellect]]

(set: $Guerrero="yes")Había escuchado en su pueblo una leyenda sobra unas inmensas puertas grises con grabados dorados que se escondían en lo más profundo de la cueva donde las madres iban a buscar alimento y donde los padres iban a rezar esperando que su hijo naciese fuerte y sano. Esas puertas se convirtieron en muy poco tiempo en una obsesión para él. Cada día salía a correr hasta que de su propio agotamiento caía rendido al suelo. Poco después, comía un poco y se pasaba horas manejando palos de madera cada vez más grandes y más pesados. No le importaba desgarrar sus músculos, [[lo único que le importaba era hacerse más y más fuerte.|Fuerza 2]]

(set: $Erudito="yes") Había escuchado en su pueblo una leyenda sobre unas inmensas puertas grises con grabados dorados que se escondían en lo más profundo de la cueva donde las madres iban a buscar alimento y donde los padres iban a rezar esperando que su hijo naciese fuerte y sano. Esas puertas se convirtieron en muy poco tiempo en una obsesión para él. Pasaba la mayor parte del día encerrado en el pequeño almacén leyendo libros que las madres habían recuperado en sus múltiples viajes a otras aldeas abandonadas para recoger alimentos, aprendiendo nuevos significados, descubriendo nuevos secretos, [[desentrañando los acertijos más oscuros del mundo.|Intelecto 2]]

(set: $Warrior="yes")The intruder heard in his town a legend about some gigantic gray doors with golden engravings that hid in the deepest part of the cave where the mothers went hunting and the fathers prayed hoping that their son or daughter grown strong and healthy. The gates become a obsession for the intruder very fast. Everyday the intruder went running until it fainted out of pure exhaustion. A little after, he ate a bit and spent hours handling wooden sticks that everytime were bigger and heavier. He didn't care about his muscles when they tear up, [[the only thing he care is in getting more and more strong.|Strength 2]]

(set: $Scholar="yes") The intruder heard in his town a legend about some gigantic gray doors with golden engravings that hid in the deepest part of the cave where the mothers went hunting and the fathers prayed hoping that their son or daughter grown strong and healthy. The gates become a obsession for the intruder very fast. He spent most of the day shut in the small storage reading the books that the mothers had recovered in their expeditions to abandoned villages to pick up food. When he read those books he learned new meanings, he discovered new secrets, [[he unraveled the darkest riddles of the world.|Intellect 2]]

Ese extraño hombre lobo era el primer obstáculo al que se había enfrentado y se preguntó durante unos segundos como era posible que las mujeres que venían a cazar no se hubiesen encontrado con él en ninguna de sus expediciones. Miró durante un segundo la espada y vio como la sangre de la criatura se movía de forma extraña por el filo de su arma. Con un ágil movimiento, quitó la sangre y la pasó por su armadura en un fallido intento de dejarla ora vez brillante. Se fijó en su mano derecha y comprobó el estado de su escudo. Algunas de las garras habían dejado unas pequeñas picaduras, como tratando de succionar un inexistente jugo interior como si fuese un pájaro. [[El intruso siguió caminando hacia delante.|Padre]]

Ese extraño hombre lobo era el primer obstáculo al que se había enfrentado y se preguntó durante unos segundos como era posible que las mujeres que venían a cazar no se hubiesen encontrado con él en ninguna de sus expediciones. Miró durante un segundo el cuerpo de la criatura, empalada en varios lugares por diferentes estalagmitas que el intruso había invocado. A su vez, una de las páginas del libro que portaba se había quemado, reduciéndose a cenizas. Se acercó y vio como la sangre del hombre lobo era demasiado... común. Demasiado conocida para él. [[El intruso siguió caminando hacia delante.|Padre]]

That strange were-wolf was the first obstacle the intruder confronted and he asked himself a few seconds that how it was possible that the women that came to the cave to hunt didn't meet with this abomination. He looked for a second his sword and saw how the blood of the creature moved in a weird way in the edge of his weapon. With an agile movement, he get rid of the blood and tried to clean the sword with his armor unsuccessfully. He looked to his right hand and notice the condition of his shield. Some of the claws left small cavities, like he was trying to such an inexistent juice that was inside of it. [[The intruder keep walking forward.|Father]]

El intruso siguió avanzando por la oscuridad de la cueva hasta que encontró unas escaleras que le indicaban el camino a seguir... (if: $Erudito is "yes")[La oscuridad del camino no era nada para el intruso. Miró su libro, con un poco de temor, pero decidió que lo mejor que podía hacer era que una de sus páginas ardiese para darle la luz que necesitaba.](else:)[Un camino que se hundía todavía más en la oscuridad.] Algunas antorchas intentaban de forma vergonzosa verter algo de luz, como si fuese un pequeño halo de esperanza. Quizá era su esperanza. Tragó saliva y con paso firme se adentró por el enorme pasadizo que el tiempo había formado. A cada paso que se daba en la oscuridad un crujido rompía la melodía de las gotas de humedad acumulada que caían de las estalactitas. El intruso intentaba ver qué era aquello que crujía pero sus ojos no podían ver nada, parecían no adaptarse a esa oscuridad inexpugnable. Las hogueras parecían estar situadas como pequeñas balizas de cordura en las que no se veía absolutamente nada, un luminoso erial donde alguien podía descansar antes de respirar profundamente [[y volver a integrarse en esa temible oscuridad.|Criatura]]

Cuando era pequeño, el intruso vio morir a su padre. Su aldea siempre había sido un lugar tranquilo donde los niños podían correr y donde las familias, nunca fue objetivo de los bandidos... hasta aquel día. Su padre cogió uno de los enormes palos de madera que estaban en su hogar y junto a otras personas se dirigó a la primera línea de batalla para defender a sus hijos. Las madres, por otra parte, subían a la parte alta de sus hogares y equipadas con sus arcos estaban dispuestas a abrir fuego a quienes se acercaran amenazando la tranquilidad de su hogar. Pero hay algo con lo que no habían contado, algo que jamás pensarían que iba a ocurrir... {(if: $Guerrero is "yes")[ - Uno de sus habiantes, una de aquellas personas pacíficas que convivían con ellos, que habían reído con ellos, era uno de los bandidos. [[El ataque comenzó desde dentro.|Ataque]] ](else-if: $Erudito is "yes")[ -El intruso llamó a sus amigos al almacén. Quería contarles todo lo que había descubierto. Quería mostrarles todo lo que había aprendido. [[Deseaba usar sus cuerpos para experimentar sus hechizos.|Invocación]] ]}

When he was a child, the intruder saw his father die. His town was always a calm place where children could run and where families could live in peace. The town was never a target for the bandits... until that day. His father took one of the huge wooden sticks that were in their home and with other people he took the frontline of the battle to defend their children. The mothers went to the highest point of their houses and equipped with their bows they were ready to open fire against those who were threatening the peace of their home. But something happened. Something they never thought of. {(if: $Warrior is "yes")[ [[One of their inhabitants, one of those peaceful citizens that lived with them, that laugh with them, was one of the bandits. The attack began from the inside.|Attack]] ](else-if: $Scholar is "yes")[ [[The intruder called his friends to the storage. He wanted to tell them all he has discovered. He wanted to show them all he has learned. He desired to use their bodies to experiment with his spells.|Summoning]] ]}

Las arqueras apostadas en las partes más altas de sus hogares no daban abasto a reducir el número de bandidos que llegaban a su estimada aldea. La madre del intruso siempre sospechó que aquel tuerto ocultaba algo, pero una de las leyes básicas de la aldea consistía en confiar en todo aquel que viviese entre algunas de las no muy numerosas cuatro paredes. Su padre fue uno de los primeros en morir. Defendiéndose hábilmente de uno de los bandidos que le atacaba con dos dagas, recibió su muerte en forma de una estocada que le penetró al estómago de aquel que otrora fue su vecino y ahora estaba derramando su sangre en el suelo. [[Él lo vio todo desde la ventana de su hogar.|Luz y Oscuridad]]

Lo poco que el intruso recuerda de ese momento es que al recuperar la conciencia, los cuerpos de sus amigos se encontraban por todas las partes del almacén. La sangre era el único color que pintaba tanto las paredes del lugar como sus manos y ropa. Los gritos comenzaban a llegar a sus oídos y no tardó en asomarse para ver a una criatura horrible que se movía sorprendentemente ágil para su tamaño y forma. Sus ojos se abrieron desmesuradamente cuando reconoció la cara de uno de sus amigos en la espalda del monstruo. ¿Él había conseguido eso? Se giró. Vio un libro que no reconocía y que estaba en un estado perfecto sin rastro de sangre. Un libro que por un momento juró que le estaba devolviendo la mirada. No quiso acercarse a él y decidió salir corriendo del almacén, cuando vio que la criatura cogía a su padre y retorcía su cuello antes de lanzarlo hacia una de las casas. Tras unas cuantas muertes más, la criatura comenzó a descomponerse frente a la atónita mirada de toda la gente que había decidido abandonar el ataque al ver que no le hacían nada. Al día siguiente, el intruso volvió al almacen para descubrir que todo seguía igual que la noche anterior... incluso el libro. [[Se agachó, lo recogió y decidió no volver a entrar a ese lugar en la vida.|Luz y Oscuridad]]

That strange were-wolf was the first obstacle the intruder confronted and he asked himself a few seconds that how it was possible that the women that came to the cave to hunt didn't meet with this abomination. He looked for a second the body of the creature, impaled in different places by stalagmites that the intruder had summoned. At the same time, one of the pages of the book he carried had burned to ashes. He get near the monster and saw that the blood of the were-wolf was too... common. It was just too well known for him. [[The intruder keep walking forward.|Father]]

Al final de aquel pasadizo oscuro había algo que hacía chasquear sus dientes casi al mismo ritmo que el intruso daba un paso. Tragó saliva y decidió esperar durante unos instantes aguantando la respiración. Un suave gruñido se oyó al fondo de esa oscuridad. De repente, el intruso vio como la presión del aire cambiaba mientras una suerte de bala negra se acercaba a toda velocidad hacia dónde él estaba: {(if: $Guerrero is "yes")[ - [[El intruso levanta su escudo para intentar evitar el ataque de la criatura.|GuerreroHerido]] <hr> - [[El intruso se lanza hacia un lado en un intento desesperado para sortear el ataque.|GuerreroIleso]] ](else-if: $Erudito is "yes")[ - [[El intruso invoca rápidamente un muro de piedra delante suya.|EruditoHerido]] <hr> - [[El intruso intenta esquivar el ataque de la criatura lanzándose hacia un lado del pasadizo.|EruditoIleso]] ]}

(set: $herido="yes") En el momento en el que aquel inesperado ataque impactó en el escudo del intruso, se dio cuenta del error que había cometido. El combate anterior había hecho muescas en el escudo que no estaba preparado para soportar un ataque a tal velocidad. El impacto comenzó a quebrar la madera del escudo y a penetrar poco a poco en el brazo izquierdo del intruso, provocando que comenzara a sangrar profusamente y lanzara un grito de dolor. El intruso cogió con su mano derecha la espada mientras se deshacía de los restos ensangrentados del escudo. Sintió como el viento volvía a cambiar de dirección y levantó la espada, cortando por la mitad aquel tentáculo oscuro que se dirigía a toda velocidad mientras un aterrador chillido parecido al de un niño acallaba cualquier otro ruido del pasadizo. Una sangre oscura que destilaba maldad había salpicado el rostro del intruso y algunas gotas entraron en contacto con su herida, que empezó a arder y a hacerle gritar de puro dolor. [[El intruso tuvo claro una única cosa. Sólo podía avanzar.|Madre]]

(set: $victoria="yes") En cuanto la punta de aquel tentáculo negro entró en contacto con la luz de la antorcha, el intruso dio un salto hacia un lado alzando la espada y cortando de cuajo aquel tentáculo que iba directo a su pecho. La sangre comenzó a salir disparada del corte mientras un aterrador chillido infantil surgía de la oscuridad del pasadizo. El espeso líquido negro tuvo un golpe de suerte: Consiguió apagar la antorcha más cercana a él dejándole en la más profunda oscuridad. En ese momento oscuro, la criatura dejó de chillar y lo único que pudo oírse eran los últimos retazos de vida del tentáculo retorciéndose en el suelo. El intruso respiró profundamente, cerró los ojos y espada en mano quiso confiar en el único sentido que le ayudaría en esa situación: el oído. Avanzó rápidamente hacia donde la criatura que se encontraba sollozando y clavó la espada en el cuello de un monstruo que le recordaba a un niño. [[En ese momento, el lugar se iluminó por completo y vio una escalera que bajaba un poco más.|Madre]]

(set: $herido="yes") El intruso quiso evitar el ataque desesperadamente pero sus reflejos no eran lo suficientemente rápidos para poder esquivarlo. Aquel ataque inesperado impactó en uno de sus costados, arráncandole un pequeño trozo de carne y haciéndole lanzar el libro a los aires para llevarse ambas manos a su lado herido. Cuando su espalda tocó la pared del pasadizo sintió que su hora había llegado. Tanto trabajo realizado para ese momento en el que iba a morir en manos de un enemigo del que ni siquiera había visto su forma. Pero entonces, el libro brilló. Múltiples cadenas comenzaron a salir de las cuatro paredes del pasadizo, buscando al tentáculo que había herido a su portador y al origen del ataque. Cuando las cadenas localizaron al agresor, comenzaron a rodearle y apretar en su piel hasta que el desagradable ruido de piel lacerándose y huesos siendo pulverizados escondieron sin verguenza la respiración entrecortada del intruso. Cuando las cadenas desaparecieron, el libro cayó al suelo absorbiendo la sangre oscura que había a su alrededor. El intruso se agachó a duras penas y siguió avanzando donde una sanguinolenta masa que mostraba trozos de sus huesos le esperaba haciendo guardia. [[El intruso sonrió a duras penas mientras se dirigía a las escaleras que custodiaba la criatura.|Madre]]

(set: $libro="yes") El intruso sujetó el libro con una mano por el lomo, abriéndolo y alzando su mano libre desde su cadera hasta su frente mientras que parte del suelo que se encontraba delante suya comenzó a levantarse creando una fortaleza inexpugnable que le protegiese de aquel ataque. El tentáculo impactó contra el muro que, imperturbable, resistió el ataque. El intruso vio como una de las páginas del libro se quemaba y alarmado, observó como el libro comenzaba a escasear. Nunca se había preguntado que pasaría si todas las páginas se agotaban... pero temía que pudiese pasar lo peor. Varios golpes desesperados apartaron al intruso de sus pensamientos y decidió que era el momento de pasar a la acción. Con un movimiento de su mano, el muro comenzó a resquebrajarse en pequeños trozos que se lanzaron hacia el origen de la amenaza. Fueron clavando el tentáculo al suelo mientras brotaba la sangre y se acercaban al origen del ataque causando más dolor a la criatura y provocando que los chillidos aumentaran en volumen. El intruso siguió el trazo de sangre oscura que había dejado su hechizo mientras otra de las páginas se iba quemando lentamente y cerraba el libro. No sabía qué pasaba en él... [[Pero no le importaba el dolor que le había causado a ese monstruo.|Madre]]

Años después de perder a su padre, la madre del intruso comenzó a enfermar. La decaída de la salud de la mujer que le dio la vida coincidía con unas visitas más diarias a la cueva donde iban a cazar. Un día normal como otro cualquiera, su madre se marchó con el resto para la caza pero cuando regresó la expedición, ella no volvió con las demás. El intruso se fue a la entrada del pueblo y se sentó durante horas esperando hasta que su figura apareció entre los árboles. Se levantó, esperó su ansiado abrazo pero su madre pasó de largo, dirigiéndose a su casa. Pasaron los días y aquella persona se estaba convirtiendo en algo totalmente diferente a la mujer que le crió y le quiso. Su aspecto físico comenzó a empeorar, adelgazando hasta que los huesos comenzaban a marcar sus facciones. Su salud mental siguió el mismo camino, haciéndole creer que dentro de la cueva había visto a su difunto marido... Con ese pensamiento en la mente, su madre murió. Esa mujer se había convertido en la sombra de lo que fue. A pesar de que el intruso había estado a su lado desde el día en que no podía levantarse de la cama, no le dedicó ni una palabra ni le dirigió una mirada. [[Su hijo había desaparecido completamente, sólo quedaba la imagen fantasma del amor de su vida.|Puertas]]

Cuando bajó las últimas escaleras, delante de él se encontraba su destino. Unas enormes puertas presidían una sala circular. El color plateado de las puertas de Solaria se encontraban en mitad del lugar, imponentes, provocando un enorme temor en todo aquel que lo veía. A su alrededor, un montón de sombras arrodilladas dirigidas a la puerta parecían adorarla en un absoluto silencio. El intruso se quedó mirando a todas aquellas sombras y comenzó a dirigirse hacia la puerta. Cuando puso un pie en el primer escalón que llevaba hacia su destino, las sombras se giraron todas a mirarle. Su siguiente paso hizo que todas se pusieran de pie y con el último, todas se convirtieron en un humo oscuro que acudieron ceremonialmente a la puerta. {(if: $herido is "yes")[ [[El intruso la miró de arriba a abajo y puso las manos en la puerta.|Game Over]] ](else-if: $victoria is "yes")[ [[El intruso la miró de arriba a abajo y puso las manos en la puerta.|Existencia]] ](else-if: $libro is "yes")[ [[El intruso la miró de arriba a abajo y puso las manos en la puerta.|Poder Absoluto]] ]}

Cuando el intruso puso las manos en las puertas e hizo fuerza para abrirla, la sangre negra volvió a aparecer y ayudó a ejercer la fuerza necesaria para poder ver lo que había en su interior. Su deseado interior, su deseo cumplido. Y cuando finalmente las puertas cedieron a su peso, vio su interior. Y en su interior había absolutamente nada. El intruso se arrodilló incrédulo ante su derrota mientras la sangre oscura comenzó a cubrir su cuerpo. Las sombras habían vuelto a aparecer, pero esta vez en vez de mirar la puerta estaban mirándole a él. Mientras sentía como la sangre empezaba a despellejar su piel y a mezclarse con su propia sangre, descubrió la verdad. Las Puertas de Solaria eran una gran mentira que conseguía controlar a todos aquellos que sentían una gran ambición de poder. Y todos aquellos que había derrotado eran otros que habían intentado conseguir su deseo. Aquella criatura con forma de hombre lobo... aquel niño monstruoso... aquellas sombras que habían apoyado una mano en su cuerpo, como un gesto de piedad. Ahora eran los monstruos los que sentían piedad de él. Y cuando la sangre comenzó a cubrir su rostro llegó a una conclusión. Él se convertiría en el mejor guardián de Las Puertas de Solaria. Nadie más volvería a sufrir el mismo dolor que estaba padeciendo él. Su cuerpo sin vida cayó al suelo mientras las sombras volvían a tomar su posición original. Las puertas se cerraron una vez más esperando a su próximo intruso. [[Si alguna vez vuelve a haber uno.|Prólogo]]

The only thing that the intruder remember since the moment he recovered the conscience was that the bodies of his friends could be found in every place of the storage. The blood was the only colour that painted the walls of the place like his hands and clothes. The screams began to reach his ears and he does not waste a moment to put his head off to see a horrible creature that move surprisingly move really fast for its size and shape. His eyes open widely when he recognised the face of one of his friends in the back of the monster. He has achieved that? The intruder found a book he did not recognise in a perfecto condition without any vestige of blood. A book that, for a moment, he could swear that it was looking back to him. He did not want to get close to it and decided to run away from the storage, when he saw that the creature took his father twisting his neck before throwing him to one of the houses. After some more deaths, the creature began to decompose in front of the astonished and horrified look of all the people that decided to abandon the attack after they saw that their weapons did not make a stratch. The following day, the intruder went back to the storage to see that everything was the same as the night before... even the book. [[He bent down, he picked up the book and decided not to enter that place again in all his life.|Light and Darkness]]

The female archers positioned in the highest parts of their homes were not able to attack all the bandits that came to their beloved village. The mother of the intruder always suspected that that one-eyed man hid something, but on the basic laws of the village consisted in trust everyone that lived in there. His father was one of the first to die. He defended skilfully from one of the bandits that attacked him with two daggers but received his death in the form of a thrust in his stomach from the one that once was his neighbor and now was spitting his blood on the floor. [[The intruder saw everything from the window of his home.|Light and Darkness]]

Cuando el intruso puso las manos en las puertas e hizo fuerza para abrirla, descubrió que no oponían ninguna resistencia. Las Puertas se abrieron y descubrió su interior: El momento en el que su vida cambió para siempre. Desde el mismo momento en el que los bandidos atacaron su pueblo cada día se preguntaba si podía haber hecho algo para cambiarlo. Y allí estaba la oportunidad. Solaria se había abierto para él y su deseo había sido materializado. Allí estaba en el momento en el que los bandidos se dirigían a su pueblo a toda velocidad. Él era el único en su pueblo que disponía de un arma que pudiese pararlos a todos pero lo primero que hizo fue correr hacia la casa donde estaba aquel que iba a traicionarlos a todos. Pasó por delante de su padre y se quedó mirándole sin dejar de correr... Sacó una sonrisa. Cuando llegó al hogar de aquel bastardo, comenzó a apuñalarle una y otra vez en el pecho. Volvió corriendo a la entrada de la aldea donde los bandidos estaban a punto de llegar y los esperó delante de la puerta. Con un grito, todas las mujeres apuntaron desde sus hogares a la entrada del pueblo. El intruso alzó la espada y las mujeres dispararon sus flechas. Muchos de los caballos y bandidos fueron heridos y pararon su avance. Aquellos que llegaron se encontraron de frente con un ejército de un sólo hombre bendecido por decenas de arqueras con una puntería excelente. Tras una breve batalla, el intruso miró el campo de batalla. Centenares de flechas y alguno miembro cercenado se mostraban sin timidez bañados por el color rojo de la sangre y el naranja del sol. El intruso se arrodilló en la puerta y se apoyó en la empuñadura de la espada. Un joven se acercó a él y le dio las gracias a la vez que el resto de la población de la aldea se apelotonaba en la entrada para darle las gracias a aquel desconocido. El intruso se giró una vez más para ver de nuevo algo que hacía años que no veía. Su madre y su padre... juntos, sonriendo. Con una sonrisa perdió el conocimiento y cuando tocó el suelo, su cuerpo desapareció. El joven que había agradecido al intruso su actuación defendiendo el pueblo se quedó observando el hueco que habían dejado sus rodillas. En la lejanía, escuchó unas puertas cerrándose. Por algún motivo, se echó a llorar y corrió a abrazar a sus padres. Esos padres que hacía años que no veía juntos. Si su existencia desaparecía, se alegraba que lo último que hubiese visto fuese la sonrisa de sus padres.

Cuando el intruso puso las manos en las puertas e hizo fuerza para abrirla, el libro cayó al suelo. El intruso hizo caso omiso a lo que estaba sucediendo, sin saber que el libro se había vuelto a abrir. Mientras las puertas iban abriéndose poco a poco mostrando tímidamente su interior, una mano salió de una de las páginas del libro. El intruso dio su primer paso hacia el interior de Las Puertas hasta que una mano atrapó uno de sus tobillos. Unas afiladas uñas se clavaron en su piel haciéndole sangrar levemente. Agitó su pie intentando zafarse de aquel que le tenía preso y le impedía seguir su camino hacia la gloria. Se dio la vuelta y vio como un brazo había salido de su interior y otra mano seguía su camino. El intruso cayó al suelo dándose cuenta de que no tenía nada con lo que defenderse de aquella criatura. La otra mano consiguió agarrar el mismo tobillo que tenía atrapada y, en ese momento, tuvo el suficiente apoyo para poder sacar la cabeza. El intruso gritó en ese momento de pura desesperación y comenzó a retorcerse y agarrarse del verde suelo que había detrás de las Puertas que tanto le había costado encontrar. Una figura negra estaba saliendo del libro. El intruso reconocía en esa figura a su padre, aquel que murió por su culpa. En ningún momento se preguntó cual era el precio que iba a tener que pagar por su sabiduría y allí estaba. Su padre estaba reclamando lo que era suyo. El poder absoluto. El intruso seguía intentando zafarse de su padre pero sentía como las garras de aquella sombra se clavaban cada vez más arriba y causándole un dolor más agudo. Sabía que no iba a conseguir nada hasta que al final perdió el conocimiento. El padre salió finalmente del libro y se puso de pie frente a las puertas. Los restos de aquel arma empezaron a arder alcanzando la ropa del intruso. Aquella sombra comenzó a caminar pisando el cuerpo en llamas del que podía ser su hijo pero no le importaba. Solaria se había abierto para él. El poder absoluto estaba en sus manos... En las peores manos en las que podía haber acabado.

The intruder kept walking in the darkness of the cave until he found some stairs that indicated the way to follow... (if: $Scholar is "yes")[The darkness of the path was nothing for the intruder. He looked his book, with a bit of dread, but decided that the best he could do was to burn one of his pages to give him the light he needed](else:)[A path that sank even more in the darkness.] Some torches tried modestly to throw a bit of light, like a small halo of hope. Maybe it was his hope. He swallow and steadily he kept walking forward through the passageway that time built. Every step he made into the darkness, a crack broke the melody of the drops of humidity that fell from the stalactite. The intruder tried to see what was that that cracked but his eyes could not see anything, it seems that they did not adapt to that impregnable darkness. The bonfires seems to be placed as small beacons of sanity in which you cannot see absolutely nothing, an illuminated wasteland in which someone can rest before taking a deep breath [[and get into the frightening darkness once again.|Creature]]

At the end of that dark hallway was something that was snapping its teeth almost simultaneously that the intruder was making a step. He swallow again and decided to wait a few seconds holding his breath. A soft growl could be heard at the bottom of that darkness. Suddenly, the intruder noticed how the air pressure changed as a sort of black bullet was getting closer at full speed to where he was: {(if: $Warrior is "yes")[ - [[The intruder raise his shield trying to avoid the attack of the creature.|WarriorHurt]] <hr> - [[The intruder jumps towards a side desperately trying to avoid the attack.|WarriorUnhurt]] ](else-if: $Scholar is "yes")[ - [[The intruder quickly summons a wall of stone in front of him.|ScholarHurt]] <hr> - [[The intruder tries to avoid the attack jumping to a side of the passageway.|ScholarUnhurt]] ]}

(set: $wound="yes") In the moment that the unexpected attack impacted in the shield of the intruder, he realised the mistake he committed. The previous combat made some notches in the shield that wasn't ready to support the attack at that speed. The impact began to break the wood of the shield and penetrate the left arm of the introdur, provoking that blood appeared profusely and a shout of pain. The intruder pick up the sword with his right hand while he got rid of the bloodstained rests of the shield. He felt the wind changing course again and raise his sword, cutting in half that dark tentacle that runs at full speed while a terryfing shriek similar to that of a child silenced any other noise of the passageway. Dark blood that shown malice had splashed the face of the intruder and some drops entered in contact with his wound. It began to burn and made him scream of pure pain. [[The intruder only knew one thing for sure. He could only move forward.|Mother]]

(set: $victory="yes") The moment the tip of that black tentacle entered in contact with the light of the torch, the intruder jumped to a side raising his sword and cutting in one strike the tentacle that was directed to his chest. The blood come profusely from the cut while a terryfing child-like shriek emerged from the darkness of the passageway. The thick black liquid had a luck strike: It managed to extinguish the fire of the closest torch leaving him in profound darkness. In that dark moment, the creature stop screaming and the only thing that could be heard was the latest life remnants of the tentacle twisting in the floor. The intruder breathed heavily, closed his eyes and sword in hand wanted to trust in the only sense that could helped him in that situation: the ear. He advance quickly to the creature that was sobbing and stabbed the sword in the neck of that monster that reminded him of a child. [[In that moment, the place fully lit up and he could see some stairs that went down further more.|Mother]]

(set: $wound="yes") The intruder wanted to prevent the attack desperately but his reflexes weren't quick enough to avoid it. That unexpected attack impacted in one of his sides, tearing off a bit of his flesh and making him throw the book away to put his hands in the wound. When his back touch the wall of the passageway, he felt that his hour has come. All the work he did in his life for that moment in which he was going to die in the hands of an enemy that he didn't even seen. But then, the book shone. Lots of chains began to appear from all the sides of the passageway, looking for the tentacle that has hurt his bearer and the origin of it. When the chains locate the agressor, he began to surround it and squeeze its skin till the unpleasant sound of the lacerated flesh and bones being broken apart hid, without any kind of embarrasment, the faltering breath of the intruder. When the chains disappeared, the book disappeared absorbing the black blood that was round him. The intruder hardly bend over to picl up the book and move forward where a bloody mass that shown pieces of his bones awaits him on guard. [[The intruder hardly smiled while he walked to the stairs that watch over the stairs.|Mother]]

(set: $book="yes") The intruder hold the book in one hand by its spine, opening it and raising his free hand from his hip to his forehead while a part of the floor in front of him began to raise creating an impregnable fortress that protects him of that attack. The tentacle impacted on the wall that, imperturbable, resisted the attack. The intruder saw how one of the pages began to burn and alarmed, noticed that the book was scarcing. He never asked himself what would happen if all the pages burnt out... but he was afraid that the worst will happen. Some desperate hits put aside the thoughts of the intruder and decided that it was the moment to act. With a movement of his hand, the wall began to crack in small piece that were shot to the origin of the menace. They pinned the tentacle to the ground while blood sprouted and when they reached the origin of the attack they caused more pain to the creature provoking that the shrieks were louder. The intruder followed the trail of dark blood that his spell left while another one of the pages began to slowly burn. He closed the book when the ashes went to the air. He did not know what was happening to him... [[He didn't care about the pain he caused to that monster.|Mother]]

Years after the loss of his father, the mother of the intruder began to get sick. The downcast of the health of the mother that gives him life coincided with daily visits to the cave where they went to hunt. A common day like any other, his mother went with the rest of the group to hunt but when the expedition returned, she wasn't with the others. The intruder wait in the entrance of the village and sat there for hours waiting until a figure appeared between the trees. He stood up, waiting for longing hug but his mother passed by. She went directly to her house. The days passed by and that person was slowly turning into something completely different to the woman that raised and loved him. Her physical appearence began to deteriorate, getting thinner until her bones began to show in her factions. Her mental health followed the same path, making her believe that inside the cave she saw her deceased husband... With that thought in her mind, she died. That woman had turned into a mere shadow of what she was. Despite the fact that the intruder was by her side since the day she couldn't get up from the bed, she didn't say a word nor looked at him even once. [[Her son disappeared completely. The love of her life was only a spectral figure.|Doors]]

When he went down the last stairs, in front of him was his destiny. Huge doors preside down a circular room. The silver colour of the Gates of Solaria could be found in the middle of the place, magnificient, provoking an enormous dread in every one who saw them. Around them, a lot of shadows kneel over and looking to the door seems to worship them in absolute silence. The intruder kept looking to the shadows and began to walk towards the room. When he put a foot in the first step that led to his goal, all the shadows turned to watch him. His next step made all them to step up and with the last one, all of them turn into a black fume that ceremoniously went to the door. {(if: $wound is "yes")[ [[The intruder look the door up and down and put his hands on it.|Game Over2]] ](else-if: $victory is "yes")[ [[The intruder look the door up and down and put his hands on it.|Existence]] ](else-if: $book is "yes")[ [[The intruder look the door up and down and put his hands on it.|Absolute Power]] ]}

When the intruder put his hands on the doors and tried to open it, he discovered that they didn't show any kind of resistance. The Gates opened and discover its inside: The moment when his life changed forever. From the very moment that the bandits attack their home, each day the intruder asked himself if he could ever did something to change that day. And there was his opportunity. Solaria opened for him and his wish made a reality. There was the moment in which the bandits approach to his village. He was the only one in the town that could handle a weapon that could stop everyone but the first thing he did was to run to the house where the one who was going to betray them lived. He passed by his father and looked at him without stopping... He passed by with a smile in his face. When he reached the home of that bastard, he began to stab him over and over in the chest. The one-eyed man didn't had the time to think about how he was discovered. The intruder turn back again to the entrance of the village where the bandits where about to appear and he waited for them in the door. With a scream, all the women aimed from their homes to the village's door. The intruder raised his sword and the women shot their arrows. Many of the horses and bandits were wounded and stopped their advance. Those who reached the entrance had to fight with a one-man arm blessed by dozens of female archers with an excellent aim. After a brief fight, the intruder looked at the battlefield. Hundreds of arrows and some cut off limb shown bathed in the red colour of blood and the orange colour of the sun. The intruder kneeled down in the door and rested his forefront in the handle of the sword. A young man got close to him and gave thanks at the same time as the rest of the people of the village while they get to the village's entrance to express their gratitude to that stranger. The intruder turned back for the last time to see something that he didn't see for many years. His mother and father... together, smiling. With a smile he lost the conscience and when he touched the ground, his body disappeared in a cloud of dust. The youth that showed his gratitude to the intruder kept watching the gap that the knees of the intruder left in the ground. In the distance, he heard the solemn noise of doors closing. For some reason, he started crying and ran to hug his parents. Those parents that he did not see together for many years. If his existence disappeared, he was happy that that vision was the last thing to see.

When the intruder put his hands on the door and tried to open it, the book fell into the ground. The intruder ignored the book without knowing that it opened by himself. As the doors were opening little by little showing its inside, a hand leaked out from one of the latest pages of the book. The intruder make his first step to the interior of The Gates when that hand catches one of his ankles. Sharp nails sink into his skin making him bleed slightly. He shaked his feet trying to free his ankle from the hand that was preventing him of reaching the glory. He turned back and saw how another arm leaked from the inside of the book and was trying to catch the same feet. The intruder fell into the ground noticing that he didn't have anything that would help him to defend from that creature. The other hand reached to catch the same ankle and, in that moment, he had the necessary support to leak out the head. The intruder screamed from pure desperation and began to writhe and getting hold of the green floor that was behind the Gates. A black figure was leaking out of the book. The intruder recognise his father in that figure, the one who died by his fault. In not a single moment he asked himself what was the price that he was going to pay for his knowledge and there he was. His father was reclaiming everything that belongs to him. The absolute power. The intruder was still trying to get free from his father but felt how the claws of that shadows were sticking higher into his body, making him feel a greater pain. He knew that he was not going to achieve anything until he lost the consciousness. The father finally came out from the book and stand up in front of the doors. The remains of that weapon began to burn reaching the clothes of the intruder. That shadow began to walk stepping on the body in flames of the one who could be his child... but he didn't care. Solaria had opened for him. The absolute power was in his hands... In the worst hands that a power of such might could have ever felt.

When the intruder put his hands on the doors and try to open it, the black blood appeared again and give him the strength to open the doors and see what was in the inside. Its desired inside, his wish fulfilled. And when the doors finally opened, he saw its inside. And in the inside there was absolutely nothing. The intruder kneeled down incredulous against his defeast while the black blood began to cover up his body. The shadows appeared once again, but this time they were watching him instead of the door. While the blood began to peel off his skin and mix with his own blood, he knew the truth. The Gates of Solaria were a huge lie that control all of them who felt a great ambition. And those who the intruder had defeated were others that tried to obtain their wish. That creature with a were-wolf shape... that monstruous child... those shadows that gently put a hand over him, as a sign of piety. Now, the monsters were the ones who feel pity for him. And when the blood began to take over his face, he came to a conclusion. He was going to be the strongest guardian of The Gates of Solaria. No one will ever feel the same pain that he was suffering. His lifeless body felt into the ground as the shadows came back to his original position. The gates closed once more waiting for its next intruder. [[If there is another one ever again.|Prologue]]

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